El 29 de junio de 2015, me extrajeron la próstata, afortunadamente el cáncer se encontraba encapsulado en un 80% de la próstata, dando resultado patológico un cáncer de 4.0+4.0.
Posterior a la operación fui entubado a una bolsa de plástico para recolectar la orina por 15 días, después me recomendaron la utilización de una bolsa ajustada parecida a un condón con salida de orina a una bolsa para ser sostenida en una pierna con una capacidad de 300ml., este sistema nunca me funcionó, pues era muy difícil el vaciado de la bolsa recolectora y casi siempre sufrí de accidentes tratando de controlar su manejo, y en otras ocasiones el condón con la salida de la orina caliente se zafa del pene por la sensibilidad que tiene a la temperatura.
Finalmente opté por usar pañales de adulto y protectores para incontinencia urinaria, lo que me ocasiono un estado de depresión mayúsculo.
Probé medicamentos homeopáticos logrando un pequeño avance en cuanto a la incontinencia; por otro lado, los ejercicios físicos recomendados por el proctólogo, tampoco me dieron resultado.
En el mes de noviembre, comencé a recibir una terapia de piso pélvico dos veces por semana, además de comenzar a realizar ejercicios dirigidos específicamente a mi problemática, y fue que comencé a contener la expulsión involuntaria de la orina. Admito que a pesar de notar avance en la disminución de la incontinencia, me vi envuelto en estados depresivos y al mismo tiempo trataba de ayudar a la contención de la expulsión de la orina, dejando de tomar líquidos regularmente, lo que me provocó una deshidratación que, si bien es cierto, ayudó a mejorar a la incontinencia, me percate que estaba perdiendo la memoria de largo, mediano y hasta corto plazo; consecuentemente, me olvidaba de hacer los ejercicios físicos del piso pélvico, dejando todo, en la utilización de la máquina para fortalecer los músculos y no de manera paralela, como debería de ser.
Una vez rehidratado nuevamente, la depresión fue desapareciendo paulatinamente para retomar los ejercicios físicos y con la ayuda de la máquina pude lograr avances significativos en la recuperación de la memoria, así como en la disminución importante de la incontinencia, dejando de usar pañales y haciendo vaciados de la vejiga hasta cada tres horas.
Este testimonio no tiene otra finalidad más que sirva de orientación a otras personas de cómo opte por la operación radical de la próstata por el terrible cáncer. Así como un reconocimiento al trabajo profesional realizado en la selección y aplicación de los programas hasta ahora desarrollados científicamente, al mismo tiempo los ejercicios físicos recomendados para el fortalecimiento de los músculos relativos al piso pélvico, en mi caso por la T.F. MIRIAM OVADÍA.